Tu exjefe habla mal de ti? 4 pasos para neutralizar los malos comentarios frente a un reclutador La ruptura con un antiguo empleo no tiene por qué convertirse en un obstáculo para conseguir un nuevo empleo. Honestidad y discreción son las claves para salir victorioso.

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Bien dicen que uno no siempre puede ser 'monedita de oro' y es cierto; tanto en la vida social como laboral establecemos miles de relaciones que desafortunadamente, no siempre terminan bien.

Cuando buscamos trabajo, las relaciones (buenas o malas) que hayamos tenido con otra empresa o con un jefe inmediato, pueden abrirnos y cerrarnos puertas en un instante. Y es que en general, así funcionan muchas cosas: tomamos decisiones a partir de las recomendaciones que tengamos de otra u otras personas respecto a aquello que nos interesa.

En cuanto al tema el empleo, especialmente si estamos en busca de un nuevo puesto, las referencias que otra persona pueda brindarle a un reclutador respecto a nosotros, son clave para obtener o no el trabajo que estamos esperando pero pueden convertirse en un severo dolor de cabeza si la ruptura entre nuestra antigua empresa o nuestro exjefe no ocurrió en los mejores términos.

En Jobomas te decimos cómo puedes quedarte con un puesto aún cuando tus antiguos empleadores no estén muy dispuestos a hablar bien de ti frente al caza talentos.

 

Lo que van a preguntar de ti

Antes que nada, para hacer un análisis integral de la situación hay que revisar la lista de preguntas que puede lanzar el reclutador a un exjefe. Trata de no tomarlo personal pues lo único que busca el cazatalento es datos concretos sobre el tiempo que trabajaste en la empresa, su relación inmediata contigo, tus competencias como empleado y algún logro importante que hayas tenido así como tus habilidades para trabajar con el resto del equipo y quizá la más importante y difícil de todas las preguntas: ¿por qué dejaste la empresa?.

Para que ninguno de estos cuestionamientos comprometa tu imagen como profesional es necesario tomar algunas decisiones que puedan neutralizar los malos comentarios de un ex empleador.

 

#1. En boca cerrada…

Aunque el rompimiento con tu excompañía se haya dado en malos términos, evita a toda costa hablar mal de tu empresa o jefe anterior pues de hacerlo, tú mismo estarás creando una mala imagen de ti. Demuestra que eres un profesional y limítate a mencionar los detalles de tu desempeño; debes omitir cualquier comentario negativo respecto de la organización, tus superiores o tus colegas y responder de manera muy concisa (sin emociones) acerca de tu separación sólo en caso de que el reclutador te lo pregunte.

 

#2. Asegura tus referencias

Una regla de oro es contactar a tus referencias antes de incluir sus datos de contacto y avisarles que probablemente serán contactadas. Además de corroborar que sus datos son correctos también puedes aprovechar para entablar una conversación profesional y medir la disposición que tienen para hablar de tu trabajo.

 

#3. No te eches la soga al cuello

Si la relación con tu exjefe no terminó bien y estás seguro que sólo hará comentarios negativos sobre ti, no lo incluyas como referencia. Puedes buscar otras alternativas como algún jefe anterior, clientes, colegas, jefes de otros departamentos o incluso un proveedor. La clave es que busques a las personas que puedan hablar bien de todas tus cualidades como profesional independientemente de que hayas o no estado bajo su mando.

 

#4. Sé claro

El que no debas hablar mal de la relación con tu exempresa tampoco significa que no puedas ser honesto. Si lo consideras necesario puedes advertirle al reclutador acerca de las circunstancias por las que abandonaste tu antigua organización o de la situación por la que tuviste problemas con tu jefe, sin embargo, hazlo de manera profesional y no mezcles las emociones. Otro aspecto importante es que jamás te victimices frente al reclutador; demuestra que eres un empleado maduro capaz de asumir responsabilidades.

 

Independientemente de la situación en tu antiguo empleo, concéntrate para mostrarte al reclutador lo mejor de ti y probarle que eres un profesional seguro de sí mismo capaz de comprometerse con su empleo y dar lo mejor de sí. Ah, y recuerda que tu lenguaje corporal puede expresar mucho más de lo que tú crees.

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